- De la Infancia (aprox. hasta los 4 años)
- De la niñez (aprox. de los 4 hasta los 10 años)
- De la Pubertad (aprox. de los 10 hasta los 14 años)
- De la Adolescencia (aprox. de los 14 hasta los 21 años)
- Adulta (aprox. de los 21 hasta los 55 años)
- De la Vejez (aprox. de los 55 hasta los 70 años)
- Anciana (aprox. a partir de los 70 años)
En cada etapa se manifiestan una serie de miedos y entre ellos existe uno en común:
“El miedo al cambio”
Con el cambio nos acercamos a algo nuevo que desconocemos. El sentimiento es de sufrimiento por perder lo que tenemos y de amenaza por aquello que desconocemos y aún no le hemos puesto nombre.
Detalle de algunos miedos en las diferentes etapas:
- Miedos en las etapas de la infancia y niñez. Es la etapa donde más miedo se tiene al cambio:
- A ser abandonado
- A la falta de afecto
- A la oscuridad
- A estar solo
- Miedos en las etapas de la Pubertad y la Adolescencia. Es la etapa de desarrollo y aquí el cambio se ve como una oportunidad:
- Al rechazo
- Al cambio hormonal
- A descubrir al adulto
- A la pérdida del niño interior (lo que dejamos atrás)
- Miedos en la etapa Adulta. Aquí, el cambio se ve como un problema:
- A envejecer
- A perder seguridad económica
- A la salud
- A los hijos
- A la soledad de uno mismo
- Miedos en las etapas de la Vejez y Anciana. Es donde se provoca un pérdida más importante influenciada por la sociedad y por tanto donde hay más sufrimiento:
- A estar solo
- A la soledad
- A depender de los demás
- A la falta de afecto
El miedo nos impide evolucionar. Endurecer nuestro corazón implica apartarse de uno y de los demás. La otra persona me puede servir para rellenar lo que a mí me falta y entonces ¿yo quién soy? Eso implica que no me reconozco a mí mismo.
Cuanto más estoy conmigo mismo, más evoluciono.
Sólo se tiene una manera de acercarse a otra persona:
siendo uno mismo.
Cuando yo evoluciono, las otras personas me reconocen en lo que yo soy, devolviéndome el reconocimiento.
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