Pasos prévios del proceso de Coaching

El proceso de coaching es la suma de las sesiones que el coachee necesita para lograr sus objetivos. Y si logra alcanzar sus objetivos en una sesión, también habrá realizado un proceso de coaching.

Hacer coaching ayuda a la gente a evolucionar

La maestría se adquiere a partir de la experiencia así que es necesario un mínimo de 100 sesiones de prácticas para dominar las sesiones de coaching. En las sesiones de prácticas con un coachee, se pretende observar del coach los siguientes puntos:

• Las competencias que va aplicando
• ¿qué le pasa o está pasando?
• ¿qué nivel de rapport va haciendo?
• si iguala o no al coachee
• el tipo de preguntas que va haciendo
• analizar ¿qué está haciendo?
• ¿qué le falta?
• ¿qué hace correctamente?

para comentarlo en la supervisión posterior de la sesión práctica.

Para empezar un proceso de coaching es necesario realizar una entrevista personal entre el coach y la persona (posible coachee) para saber si lo que quiere y necesita es coaching y si está preparada para recibirlo, o bien necesita un asesoramiento, terapia o consultoría. En el coaching sólo tratamos con personas que quieran adentrarse en un proceso coaching y que estén bien de salud y quieran estar mejor. En el caso de que la persona se encuentre bajo tratamiento de un terapeuta y si el coach tiene suficiente experiencia, puede contactar con el terapeuta que trata a esa persona y determinar si las sesiones de coaching pueden ser o no adecuadas en su tratamiento. Las preguntas para cuestionar al coachee serían:

• ¿Para qué quieres hacer coaching?
• ¿Cuál es el objetivo que quieres alcanzar?
• ¿Qué temas quiere tratar?
• ¿Qué está dispuesto a hacer esa persona para conseguir lo que desea? à Sin compromiso no hay coaching

Pasos previos para aceptar al coachee:

1. Entrevista: se le realiza una entrevista personal para:
1. Explicarle:
1. ¿Qué es el coaching?
2. ¿Cómo funciona una sesión de coaching?
3. El código ético del ejercicio del coaching
2. Preguntarle:
1. Cuál es el objetivo que quiere tratar en ese proceso de coaching; posteriormente puede variar al abrir el objetivo y darse cuenta el coachee de que el objetivo inicial no es el que deseaba lograr, sino otro
2. Redactar un contrato: para que haya un compromiso entre las dos partes, firmándolo en la entrevista, tanto por el coach como por el coachee y entregándole una copia
3. Código ético: se le explicará cuál es el código ético de la profesión de coaching y se le entregará una copia del mismo para que lo lea y firme el coachee, quedándose el coach un copia

Es necesario redactar un contrato de acuerdo de coaching entre el coach y el coachee que se complementa con esta entrevista inicial. En esta entrevista se le explica a la persona que es el coaching, de qué se hace cargo y qué compromisos está dispuesto a llevar a cabo. El coach se hace cargo del proceso de coaching, siguiéndolo y conduciéndolo para que haya un progreso y en ningún caso se hará cargo del coachee. También se le explica a la persona el código ético que será nuestro marco de actuación profesional. De esta manera, al iniciar una sesión el coachee ya tiene toda esa información previa.

Cuando aceptamos un proceso de coaching, aceptamos al coachee en su totalidad independientemente de su raza, aspecto, vestimenta, etc. porque eso en la sesión va a estar presente y para evitar prejuicios es conveniente que el coachee esté completamente aceptado por el coach. Si el coach no es capaz de aceptar al coachee totalmente, el coach no iniciará ese proceso, derivándolo a otros profesionales coach. El coach tiene derecho a elegir al coachee ya que esa elección implica respetarlo al 100%, en caso contrario no lo elegirá. El hecho de que haya un contrato de por medio exige de un mayor compromiso por el coachee. El contrato es leído al coachee entregándole una copia y en cualquier momento cualquiera de las dos partes puede rescindirlo. Se ha de especificar a qué se compromete el coachee y a qué nos comprometemos como coach. La gran diferencia entre un proceso de coaching con o sin contrato es el compromiso que adquiere el coachee en el proceso.

En el contrato, es necesario especificar de entre los puntos más importantes:

• El objetivo inicial del coachee
• Honorarios por sesión y fracciones
• Tiempos de duración de las sesiones: normalmente sesiones de 1 hora o 1 hora 15’
• Avisos con una antelación determinada por no asistencia (ejemplo: 24 h antes)
• Penalizaciones por incumplimientos de las normas establecidas
• Costes adicionales por:
• Alquileres
• Desplazamientos
• Llamadas telefónicas
• Etc.
• Acuerdos entre coach y coachee para alargar o no las sesiones
• Tipos de sesiones que se harán:
• presencial
• telefónica
• telemática
• Medio de acompañamiento entre sesión y sesión:
• teléfono: especificar su duración (a partir de 10’ cobrar una sesión)
• mail
• videoconferencia: (skype, Messenger, etc.)
• Gestión de la información y protección de datos
• La forma de pago
• La actuación del coach, las conductas
• Qué competencias tiene el coach, qué titulación, qué experiencia
• La frecuencia entre sesión y sesión no será inferior a 15 días ni superior a 30 días. Tiene que haber un tiempo para que el coachee aplique las acciones a las que se haya comprometido
• Especificar que la agenda de cuando se hacen las sesiones siempre la pone el coachee
• Las condiciones para rescindir el contrato, (no se requerirán penalizaciones)
• Es obligado especificar que toda la información entre el coach y coachee es confidencial
• Etc.

La misión que tiene la profesión de coaching es la de acompañar y ayudar a que la gente evolucione y sea feliz y no sólo para ganar dinero. Si en un proceso de coaching, no conseguimos que el coachee evolucione y se desarrolle, no tiene sentido que se haga coaching y es conveniente parar las sesiones para preguntar y cuestionar al coachee que está ocurriendo para que no exista progreso:

• ¿qué es lo que está pasado?
• ¿estoy haciendo algo yo como coach que no es adecuado?
• En las sesiones que hago, ¿mi comportamiento o mi forma de preguntarte no son de tu agrado?
• Etc.

Puede ser responsabilidad del coach o también que el coachee no se compromete. En cualquier caso hay que pararse y hablarlo.

La sesión de coaching empieza en el momento que el coachee sale de su casa y tiene la intención de seguir un proceso de coaching. Y después de una sesión, el coachee siempre se irá mucho mejor de cuando viene, ya que el coachee habrá tenido un tiempo para ser escuchado y que se habrá dedicado sólo a él. La siguiente sesión de coaching se programa a la finalización de la actual sesión.

Un punto importante a trabajar en la profesión de coaching es el ego del coach. La gente hace responsable de todo al coach y por eso es necesario que cada coach tenga su propio coach para poder ir evolucionando y tratando aquellos temas o problemas que puedan afectarle ya sea tras las sesiones de coaching o por otros motivos.

Es necesario buscar una manera de controlar el tiempo de la sesión, para que cuando se vaya llegando al final del tiempo estipulado en la sesión, dé tiempo a cerrar la sesión.

El coachee elige siempre la silla donde desea sentarse para hacer la sesión.