Blog dedicado a temas de COACHING, PNL, MOTIVACIÓN, AUTOAYUDA y muchos otros más...

Buscar este blog

domingo, 15 de enero de 2012

Los Juicios

Los Juicios
Los juicios como actos lingüísticos son subjetivos y pueden ser fundados o infundados. Debido a que el juicio tiene que tener una base, hay que preguntarse si son fundados o infundados: ¿De qué me sirve un juicio que no pueda probar o  fundar? Un juicio corresponde al área de la vida en que estoy enfocado y por tanto en un área que está ocurriendo. NO ES LA PERSONA sino lo que LO QUE HACE LA PERSONA la persona. Si confundimos a la persona con el juicio, nos estaremos equivocando, convirtiendo a la persona en el juicio y hundiéndola ya que la persona se puede comportar de manera diferente en cada área de su vida. NO existen juicios buenos o malos, sino útiles o no útiles. Formamos nuestro mapa mental a partir de nuestros juicios y vivimos de ese mapa mental. Existen cinco evaluaciones para saber si un juicio nos es útil o no:
  1. Referida a la finalidad del juicio:
    • ¿Cuál es mi interés al hacer un juicio?
    • ¿Para qué hago o digo el juicio?
    • ¿Para qué es útil el juicio?
  2. Referida al área de la vida en que emito el juicio
    • ¿Ese juicio es referido al entorno laboral o se está generalizando?
    • ¿Está referido a su entorno familiar o de ocio?
  3. Referida al estándar de medición del juicio
    • ¿Cómo y/o cuánto me acerco o me alejo de conseguir el objetivo?
  4. Referida a la verificación del hecho: al hacer juicios verificables se alinea nuestro SER con nuestro HACER (alineación de lo que sentimos con lo que decimos)
    • ¿Puedo acompañar mi juicio de afirmaciones verdaderas?
  5. Referida a la refutación del juicio
    • Si haces el juicio contrario ¿Puedes fundarlo?: Si puedes fundar el juicio contrario ¿para qué te sirve el juicio que haces?


Existen dos juicios a tener en cuenta, el poder personal y la confianza:

El poder personal: El juicio nos lleva a la valoración que tenemos de una persona, es la idea que tenemos de ella. Todos tenemos nuestro poder personal que es desde donde se crea la autoestima. Podemos hacer dos cosas con este poder personal: ser dueño de él y ejercerlo o, regalarlo a quien sea. Normalmente, el poder que tenemos como persona, lo cedemos en más de un 90% de las veces. Mientras que una persona está atrapada en algo, está cediendo el poder a ese algo. Ejemplo: “Si yo digo que mi amigo es muy eficiente, estoy perdiendo el poder de ser yo mismo eficiente”. Lo importante en este caso es averiguar a quien se le cede el poder para hacer que vuelva a uno mismo.


“No me hace daño quien quiere
sino quien puede (porque le cedes tu poder)”


Si piensas que le regalas tu poder a alguien, mejor no se lo regales. Por tanto, el poder personal se encuentra dentro de cada persona al ser un juicio que hace de sí misma. Las fuentes de poder son:
a.       Primera:
                                                               i.      Las distinciones que nos aporta el aprendizaje.
                                                             ii.      Los actos lingüísticos (declaraciones y peticiones) tienen el poder de incrementar nuestro nivel de eficacia y bienestar: Qué puedes aprender de ese juicio:
·   Te lo quedas si aprendes alguna cosa
·   No te lo quedas si no te aporta nada
·   Si lo pides tienes la posibilidad de obtenerlo
                                                            iii.      Las conversaciones por su carácter reflexivo: Si converso con una persona y le digo lo que me pasa, esa persona puede reflexionar y entenderlo y yo puedo lograr o no lo que necesito, pero si no hay una conversación por en medio, es imposible que esa persona sepa lo que yo necesito, por mucho que me ame o quiera, por tanto la conversación lleva a un acto reflexivo.
b.      Segunda:
                                                               i.    La Seducción o juicio que los demás hacen acerca de nuestro poder de seducción: generamos en la otra persona el juicio de que yo soy una oferta interesante para él. Cuando seducimos pretendemos ser una oferta interesante y no una cualquiera para la otra persona, porque en caso contrario no le vamos a seducir. Aquí se elige con qué personas te relacionas. Seducimos constantemente para conseguir lo que queremos: en las compañías, en el vivir, en lo sexual, etc. “Lo que seducimos tiene que ver con aquello que valoro de mi”. La autoestima se crea con el poder personal ya que es uno mismo el que se seduce para sentirse bien consigo mismo y con los demás siendo imposible seducir a nadie con algo que no valoro de mí. Tendré en mi vida aquello que sea capaz de conseguir mediante mi seducción.
                                                             ii.    La persuasión: generamos en el otro el juicio de que mis interpretaciones y mis argumentos son más poderosos que los suyos. Si somos incapaces de defender lo que pensamos, no podemos persuadir de nada a la otra persona. La persuasión llevada a un extremo, logra la manipulación de la persona.
                                                            iii.      La autoridad: tiene que ver con el cargo que ocupo o rol que desempeño. Ejemplo: el líder de un grupo.
                                                           iv.    La fuerza: temor del otro por las consecuencias de no obedecerme. Ejemplo: “si haces esto te castigo”
Es necesario analizar estas cuatro características y comprobar si las utilizamos por EXCESO o por DEFECTO:
        • Lo ideal es aprender a convivir con todas ellas de forma equilibrada y sana, ya que en otro caso las utilizaremos con exceso, perdiendo mi esencia y haciendo que mi autoestima dependa de los demás.
        • Si utilizo estos poderes por exceso imponiendo lo que yo pienso, significará que tengo inseguridades y por defecto que me falta autoestima. En cualquiera de los dos casos hay algo referente a la autoestima que no tenemos equilibrado.
        • La autoestima se forma con todos estos poderes personales y una de las bases más importantes es el ¿qué dirán los demás? que hace que me comporte de una manera determinada de cara a ellos, es decir que utilice juicios
        • Analizando si las tenemos por exceso o por defecto nos indica cómo tenemos nuestra autoestima.

Es importante plantearse en cuál de ellas me coloco y destaco. Por ejemplo, defender un tema no significa no tener en cuenta lo que piensan los demás. Si impongo mi opinión por encima de todo es que tengo miedo y si tengo miedo es que tengo inseguridad.

         La confianza: es un juicio nuestro acerca de tres aspectos distintos de la persona y que detecto gracias a la lingüística (por aquello que cada uno dice):
a.    Sinceridad: hasta qué punto soy sincero conmigo mismo. Cuanto más me conozco más sincero puedo ser.
b.    Competencia: tiene que ver con los conocimientos que tengo, las actitudes (sistema de valores) y las habilidades o aptitudes. Si todo eso lo tenemos desarrollado, tendremos un grado de competencia en función de lo que valoro de todo eso.
c.    Credibilidad: tiene que ver con el compromiso con el que uno afronta sus afirmaciones y de cómo las perciben los demás.

La confianza es el motor para activar la motivación (motivo para la acción) dentro de un plan de acción después de un INSIGHT (darse cuenta de algo repentinamente). En una sesión de coaching para que haya un cambio tiene que haber una acción. Si no tengo plena confianza en  mí mismo, no tengo asegurado que ese plan de acción lo pueda llevar a cabo. Para generar confianza en nosotros y en los demás es necesario valerse del COMPROMISO ya que te sitúa en una posición, de cara a los demás, para ejecutar acciones.

No hay comentarios: