Uno de los puntos más importantes de un conflicto es darse cuenta de que de verdad tenemos un conflicto. Para darse cuenta y detectarlo, tenemos la capacidad de la intuición. Si intuimos que algo va mal (sentir incomodidad, tener incidentes desafortunados, tener malentendidos, sufrir tensión, sufrir crisis, etc.) lo mejor es preguntarse:
¿QUÉ HAGO ANTE LO QUE ME SUCEDE?
Muchas veces detectar y tratar la incomodidad y los incidentes evitará tener malos entendidos, sufrir tensiones y crisis.
Existen algunas técnicas para ayudar a resolver un conflicto:
- Dar otro significado: Se trata de ver las cosas desde otro punto de vista para hacerlas más asimilables. Generar opciones buscando otra cara desde donde resolver el conflicto. Buscar de algo o alguien lo positivo y no lo negativo ya que, normalmente, en un conflicto siempre vemos lo negativo.
- Buscar excepciones: tendemos a generalizar que algo o alguien es de una manera por la manera que se comporta. Habitualmente, se juzga a las personas por lo que hacen, en función de unos patrones de conducta, en vez de por lo que son (que en nuestro caso, seres humanos). Al encontrar una excepción a esa norma se rebaja la intensidad del conflicto.
- Cambiar el contexto: buscar un contexto positivo para cambiarlo por el que nosotros consideramos negativo.
- Detectar incongruencias: invitar a la otra persona a que se exprese para detectar que el lenguaje verbal y corporal no se corresponden y poder detectar así el conflicto. Cuanto más inexpresivo seas más difícil será detectar incongruencias.
Es importante resaltar que las personas despiertan en ti lo que tú tienes y no lo que no tienes. Esto significa, por ejemplo, que si dices que una persona es envidiosa es porque le ves la envidia y para verla es necesario saber primero que es, además de vivirla en uno mismo. Si la vives y la detectas en ti, es porque tú también eres envidioso.
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