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jueves, 31 de marzo de 2011

Cómo resolver un conflicto

Resolucion conflicto
Uno de los puntos más importantes de un conflicto es darse cuenta de que de verdad tenemos un conflicto. Para darse cuenta y detectarlo, tenemos la capacidad de la intuición. Si intuimos que algo va mal (sentir incomodidad, tener incidentes desafortunados, tener malentendidos, sufrir tensión, sufrir crisis, etc.) lo mejor es preguntarse:

¿QUÉ HAGO ANTE LO QUE ME SUCEDE?

Muchas veces detectar y tratar la incomodidad y los incidentes evitará tener malos entendidos, sufrir tensiones y crisis.

Existen algunas técnicas para ayudar a resolver un conflicto:
  1. Dar otro significado: Se trata de ver las cosas desde otro punto de vista para hacerlas más asimilables. Generar opciones buscando otra cara desde donde resolver el conflicto. Buscar de algo o alguien lo positivo y no lo negativo ya que, normalmente, en un conflicto siempre vemos lo negativo.
  2. Buscar excepciones: tendemos a generalizar que algo o alguien es de una manera por la manera que se comporta. Habitualmente, se juzga a las personas por lo que hacen, en función de unos patrones de conducta, en vez de por lo que son (que en nuestro caso, seres humanos). Al encontrar una excepción a esa norma se rebaja la intensidad del conflicto.
  3. Cambiar el contexto: buscar un contexto positivo para cambiarlo por el que nosotros consideramos negativo.
  4. Detectar incongruencias: invitar a la otra persona a que se exprese para detectar que el lenguaje verbal y corporal no se corresponden y poder detectar así el conflicto. Cuanto más inexpresivo seas más difícil será detectar incongruencias.
Es importante resaltar que las personas despiertan en ti lo que tú tienes y no lo que no tienes. Esto significa, por ejemplo, que si dices que una persona es envidiosa es porque le ves la envidia y para verla es necesario saber primero que es, además de vivirla en uno mismo. Si la vives y la detectas en ti, es porque tú también eres envidioso.

Los Conflictos

Conflictos
Cada persona tiene su propia forma de ver las cosas. Es decir, que su forma de entender las cosas se basa en una serie de afirmaciones, a priori, inamovibles. Estas afirmaciones, que se llaman creencias, son aceptadas por cada uno a lo largo de su vida, debido a las influencias que recibe de los demás, sobre todo de niño. Las creencias no se pueden eliminar, sólo se pueden cambiar por otras que aporten más valor positivo a cada persona. De las creencias se desprenden los valores de cada uno.

El conflicto surge cuando una persona pretende implantar sus valores en todos los ámbitos en los que se mueve independientemente de los valores de aquellas personas con las que se relacione.

Para resolver un conflicto, es más importante la actitud y la intención que la habilidad. Es importante resolverlo al principio, lo antes posible, ya que es cuando suele ser pequeño; si se deja pasar el tiempo se hará más grande y será mucho más difícil resolverlo. El conflicto ha de ser resuelto por las dos partes, sin la influencia de una tercera persona u observador ya que ésta tiene su propio mapa de la realidad que seguro será muy distinto de cada una de las partes por separado. Sólo se acepta la colaboración de una tercera persona, es decir un mediador, cuando está enfocada a resolver el conflicto.

Si un conflicto se acepta resolver con actitud positiva, provocará una serie de emociones y sensaciones de bienestar. Por el contrario, si no se aborda o se ignora, provocará sentimientos negativos que no benefician en nada. También es importante saber qué hacer con el conflicto y cómo resolverlo. El conflicto nos puede ayudar a abrir los ojos en determinados momentos para estar presente y darnos cuenta de que el camino que llevamos no es el más adecuado. De esto se desprende que lo importante es saber qué hacer con el conflicto y no buscar el motivo por el que se ha producido:

NO ES LO QUE ME PASA SINO LO QUE HAGO CON LO QUE ME PASA.  

Es ineludible que cualquier conflicto nos puede ayudar a abrirnos puertas que hasta ahora permanecían cerradas. Esto nos lleva a tener nuevas experiencias, nuevas relaciones y nuevos resultados con los que valorar las iniciativas emprendidas. En definitiva, nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos.

Un conflicto se puede dividir en etapas, que en su caso son:

1. La escalada: es donde se desarrolla el conflicto y donde las partes rivalizan por tener ganarlo.

2. El estancamiento: llega un punto en que por diferentes motivos (no obtención de resultados, falta de motivación y fuerzas, falta de aceptación por parte de los demás, etc.) se empieza a no rivalizar y se pasa a cooperar gracias a que cada una de las partes empieza a reconocer a la otra. Al igual que cuando subes una montaña, esta etapa puede ser un descanso para continuar la escalada con la intención de recuperar fuerzas de cara a hacerse con el poder en el conflicto, utilizando otras técnicas.

3. El punto de madurez: es el punto en el que se resuelve el conflicto por completo. Se ha resuelto gracias a que las dos partes han decidido que es más productivo cooperar que no competir, o que se dan cuenta de que esa situación no les lleva a ninguna parte o porque no se dan cuenta de hasta donde han llegado y deciden resolver el conflicto.

4. La desescalada: es la etapa contraria a la escalada, en la que el conflicto se va suavizando. Sirve para la solución del conflicto. Se coopera con el otro y se crean lazos de confianza para alcanzar la resolución total del mismo.

martes, 29 de marzo de 2011

Pedir, Dar y Recibir

Vamos por la vida pidiendo muchas cosas pero sobre todo pedimos aquello que creemos que nos merecemos. Lo que es curioso es que normalmente merecemos más de lo que pedimos. Esto nos hace estar en una situación de inferioridad respecto a lo que pedimos y a lo que recibimos.

Es generalizado que se tiende a NO DAR afectos positivos a los demás y por tanto se ponen trabas al flujo de amor entre las personas.

También se tiende a ACEPTAR todo lo malo que a uno le sucede, captando así energía negativa que no te ayuda en nada provocando una baja autoestima. Expresiones cómo: me merezco lo peor, tengo mala suerte, soy gafe, es culpa mía, etc.

Al NO ACEPTAR los afectos positivos, es decir los elogios y muestras de amor hacia ti, se está bloqueando una de las leyes más importantes, que es la del dar y recibir. El ser modesto no ayuda a nadie ya que se bloquea el flujo de los demás hacia uno.

También destacar que nos cuesta DARNOS recompensas y afectos positivos a nosotros mismos. Nos cuidamos excesivamente de los demás y a nosotros nos cuesta darnos cosas buenas.

Los Filtros

filtro mental
¿Qué imagen recrea tu mente?
Cuando una persona se expresa, transmite un mensaje a los demás. Este mensaje tiene una parte explícita, lo que se dice, y otra implícita, aquello que no se dice con las palabras y sí con el tono de voz, gestos, expresiones, etc. Captar estos mensajes implícitos es difícil  y por ese motivo es necesario confirmar todos aquellos mensajes que la otra persona nos quiera transmitir para estar seguro de que lo que nosotros hemos entendido es aquello que la otra persona nos quiere transmitir y no generar un mal entendido.

Los causantes de estas situaciones son nuestros filtros, aquellas redes que nuestra mente interpone entre los mensajes de las personas y nosotros. Estos filtros están compuestos de: nuestras creencias, nuestros prejuicios, nuestras emociones, experiencias de la vida, etc.

Es fundamental utilizar el único recurso que tenemos para poder evaluar si nuestra compresión del mensaje corresponde a lo que nos querían transmitir. Este recurso es “LA PREGUNTA”. Preguntando a la otra persona nos aseguramos de que el mensaje se comprende correctamente. De esta manera la persona que escucha se hace responsable de su actitud de escuchar y por tanto de comprender el mensaje que le transmiten.

La comprobación de que el mensaje llega correctamente del emisor al receptor se puede realizar si el receptor resume con sus palabras lo que el emisor ha transmitido. Esto ayuda a evitar malos entendidos.
árbol mental

Estos tres efectos, que debemos trabajar para evitarlos, colaboran a filtrar lo que recibimos:
  1. Eliminación: se omite parte de la experiencia. En este caso el lenguaje que afecta a la representación mental de las cosas
  2. Generalización: se tiende a que las experiencias sean muy parecidas. En este caso el lenguaje NO modifica la experiencia ya que somos nosotros los que escogemos la representación mental que hacemos de las palabras que escuchamos.
  3. Distorsión: se enfatiza la relación causa-efecto por lo que se tiende a buscar respuestas racionales a experiencias irracionales.
La mayoría de creencias limitantes están dentro de los efectos de Generalización y Distorsión.

    La Calibración

    calibración
    Todos tenemos la capacidad de reconocer los diferentes estados en que pueden estar las demás personas. Esa capacidad la podemos tener más o menos desarrollada y de lo que se trata es de perfeccionarla para descubrir el máximo de detalles que nos quiere transmitir una persona.

    Los cambios que podemos detectar en la otra persona pueden ser de tipo visual, auditivo y sensorial por lo que nos lleva a identificar tres tipos de calibración: la visual, la auditiva y la kinestésica. Si tenemos estas calibraciones bien desarrolladas, nos permiten percibir mucho mejor a la otra persona para estar en sintonía con ella. Lo que sucede normalmente es que estamos acostumbrados a calibrar y reconocer a la otra persona de forma inconsciente y eso nos hace NO darnos cuenta de muchos detalles que nuestra mente pasa por alto centrándose en lo que más le impacta. A veces, la calibración es tan pobre que sólo nos damos cuenta de que la otra persona intenta transmitir su estado cuando rompe a llorar.  

    Un ejercicio práctico para darnos cuenta de nuestra calibración y la de los demás consiste en que entre dos personas mientras una de ellas imagina una serie de estados (tristeza, alegría, miedo, indiferencia, etc..)  la otra vaya detectando que manifestaciones visuales, auditivas o sensoriales se producen. Detectar los cambios faciales, la dirección de los ojos, la postura y movimientos del cuerpo, etc…

    Otro ejercicio interesante entre dos personas consiste en que mientras una de ellas explica una historia a la otra, la que está escuchando detecte cómo es la melodía que transmite a la hora de explicarla:

    1. Enunciar una metáfora para la melodía
    2. Tararear esa melodía: extraer la música de la melodía
    3. Dar un significado a la melodía: el mensaje implícito que llevan las palabras y que no se expresa.
    4. Expresar la emoción que transmite su melodía: miedo, tristeza, alegría, inseguridad, malestar, etc

    martes, 15 de marzo de 2011

    domingo, 13 de marzo de 2011

    Las posiciones perceptivas de la PNL

    Para la PNL existen tres posiciones perceptivas cuando queremos ver los acontecimientos a  través de los ojos de los demás:
    1. Cuando uno está centrado en sí mismo y no es capaz de ver a la otra persona.
    2. Cuando nos ponemos en la posición del otro: Empatía. Para entender las necesidades,  motivaciones, valores, en definitiva entender el mapa de la otra persona.
    3. Cuando una tercera persona independiente y que es ajena a las dos personas, es decir un  observador, contempla las posiciones de las dos personas y sus relaciones.
    Comprender estas tres posiciones nos flexibiliza aportándonos más opciones para resolver problemas. Lo importante es no estar rígido en ninguna de las tres posiciones. Una persona tiende a estar posicionada en alguna de estas tres posiciones pero el significado de mantenerse rígida en alguna de ellas es el siguiente:
    1. Actuación egoísta.
    2. No prestar atención a uno mismo y estar pendiente de los demás.
    3. No hay implicación, hay desconexión.
    Es muy importante ponerse en las tres posiciones y experimentar que sensaciones nos  producen y así rebajar la intensidad que tengamos referente a una postura tomada. Tiene que prevalecer la voluntad de resolver el conflicto a las técnicas que sepas o emplees.

    El QUÉ hacemos con las emociones es mucho más importante que ENTENDER las emociones.

    Las Siete Leyes Espirituales del Éxito

    7 leyes
    Acabo de volver a leer un interesante libro totalmente práctico que con precisos y sencillos consejos te permite aumentar la abundancia en todos los ámbitos ya sea profesional, personal o espiritualmente. Ayuda a conseguir el éxito visto como un viaje y no como un destino. Ya que el éxito tiene muchas facetas, una de ellas es el éxito material, el que  mayoritariamente conocemos, el cual persigue la abundancia material. Esta abundancia nos permite hacer el viaje más agradable, pero no es la única abundancia que podemos conseguir, tenemos otros ejemplos como la salud, la energía, el entusiasmo por la vida, las relaciones personales, la libertad creativa, la sensación de bienestar, la tranquilidad espiritual, entre muchas otras.

    Aplicando estas leyes a nuestras vidas, podremos crear cualquier cosa que deseemos, ya que las mismas leyes que aplica la naturaleza para crear un cuerpo humano, un árbol o una estrella pueden producir también la realización de nuestros deseos más profundos.

    Las Siete Leyes Espirituales son las siguientes:

    1-La ley de la potencialidad pura.
    2-La ley de la entrega.
    3-La ley del karma o de la casualidad.
    4-La ley del mínimo esfuerzo.
    5-La ley de la intención y del deseo.
    6-La ley del desapego.
    7-La ley del dharma o del propósito en la vida.

    Os dejo este enlace donde están resumidas las siete leyes y este vídeo:

    viernes, 11 de marzo de 2011

    Tu DESTINO eres tú

    Destino
    Es sorprendente a donde te pueden llevar las casualidades de la vida. Me refiero al destino de las personas. Eso que llamamos destino, muchas veces es algo difícil de explicar. Para mí el destino lo construimos nosotros mismos con nuestras experiencias y sobre todo con las casualidades de la vida. Si uno se para a pensar en cómo ha llegado donde está en estos momentos se sorprendería de la poca influencia que han tenido sus decisiones. Casi siempre son las opiniones o decisiones de los demás las que hacen que la balanza de una persona se decante por una camino u otro.

    De esto me he dado cuenta leyendo el libro de "Un nuevo mundo, ahora" en el que recomienda rebobinar hasta donde seamos capaces de recordar y a partir de ese momento empezar a recordar, valorar, darnos cuenta, de todos nuestros actos más importantes que nos han marcado de una manera clara en nuestra vida y que nos ha llevado a donde estamos en este momento.

    Yo he hecho este ejercicio y me he dado cuenta que desde muy pequeño mi trayectoria ha estado influenciada por un conjunto de casualidades. Hay personas que desde muy temprana edad tienen muy claro para qué están en este mundo y proyectan una visión en su mente que posteriormente transforman en su misión. Un misión que les hace sentirse útiles a los demás y en la que centran todo en el servicio a los demás.

    Mi caso no es de éstos. Desde pequeño no hubo nada ni nadie que me hiciera proyectar esa misión en mi mente. Era normal en el colegio, normal con los amigos, normal en todo. Todo demasiado normal. Cuando acabé la E.G.B. decidí, que lo mío no era estudiar una carrera, decidí estudiar F.P. Esa decisión fue la primera y última que yo tomé por mi mismo en muchos años. Estudié los dos primeros cursos de F.P. Administrativo y por esa época no había muchas más salidas para un segundo grado de F.P. Desde muy pequeño, y gracias a mis padres, tuve un ordenador en casa, mi inseparable Commodore Vic-20, !!qué tiempos aquellos!! . Eso me condujo a estudiar de forma más profesional, algo de lo que sabía poco, la informática. Accedí al segundo grado de FP de informática de forma directa, sin exámenes sólo por la media de notas del primer ciclo. Una vez acabados los tres cursos otra vez no había muchas salidas. Así que decidí estudiar una carrera pero para eso debía estudiar COU con su correspondiente selectividad. Pues lo hice, y además accedí a la universidad gracias a las notas de FP pero con la condición de ir de oyente en primer curso de carrera y de estudiar COU y sacar nota suficiente en selectividad todo en el mismo curso. Cuando acabé la primera carrera seguí con otra de segundo ciclo y la superé igualmente. Todo esto lo había compaginado con el trabajo al que accedí gracias a los contactos de profesores de FP. Todo un sinfín de acontecimientos totalmente engranados para conducirme hasta donde estoy ahora.

    Después de más de 20 años, sigo trabajando en ese mismo sitio, pero ahora me doy cuenta de que lo que me impulsó a estar donde actualmente estoy no fueron decisiones que yo tomara por mi mismo asumiendo el riesgo correspondiente. Fueron casualidades de la vida que me llevaron hasta donde estoy ahora.

    Estoy orgulloso de hasta donde he llegado. De lo que no lo estoy tanto es de cómo he llegado, es decir, qué es lo que me ha influido a tomar esas decisiones. Aún estoy a tiempo de rectificar y darle un sentido a mi vida en la que tome mis propias decisiones asumiendo mi propio riesgo y si sale mal, aprender del error y si sale bien continuar poniéndome objetivos que cumplir. Es por eso que el destino de una persona es ella misma y por tanto cada persona puede crearlo y modificarlo para conseguir todo lo que se proponga en su vida.